Recolectores y cazadoras

La recolección es todo un arte... la cacería un hermoso deporte.

El fin de semana fui a Playa Tambor en el Pacífico costarricense. Logré conocer unos pocos individuos de los cuales vale la pena reflexionar, a modo general. Este post será más o menos un vistazo a una evolución social que ha pretendido matar miles de años de tradición de mujeres recolectoras y hombres cazadores. Este post es un agradecimiento a la diversidad, un vistazo a lo no estándar.

El Recolector
Logré identificar muchos hombres sensibles, en completo contacto con su lado femenino. Hombres con cuerpos esculturales, movimientos agraciados y cejas delineadas. Valga aclarar que no todos estos hombres son necesariamente homosexuales o bisexuales, se les ve más bien como delicados y maternales (y en muchas ocasiones la crianza de la madre influencia esta condición). A continuación citaré algunas cosas que sobresalieron de los Recolectores que observé durante mi paseo:

• Patacón: el plátano machucado, una atracción de Barceló por sí mismo. Es delgado, de piel morena y trabaja como animador (de eventos, no de caricaturas). Es probablemente la persona más activa que haya visto en años, juro que parecía que lo alimentaban con speed o meta-anfetaminas, porque desde las 8 a.m. estaba haciendo actividades y a las 3 a.m. seguía en la disco bailando solo. En la mirada se le notaba lo evidente: se considera un trofeo andante y cualquiera que le pida un baile será complacido con suma satisfacción. Con su actitud liberal y acciones andrógenas entretuvo y sobresalió, y él lo sabe.
• Pitufo soñador: se hospedó en el hotel con su pareja. Soñador es homosexual y bien parecido, probablemente del área metropolitana de Costa Rica. Su novio tenía el look del mini-me de Vin Diesel: brazos abultados, cabeza rapada, forma de triángulo invertido, 1.60 m de estatura, lentes fashion y sonrisa malévola. Sin dudarlo ni un instante se notaba que Soñador volaba enamorado, se le veía en los ojos. Tenía una mirada que reconozco bien, la mirada de niña enamorada que nada en la vida le importa porque "All you need is love". Me pareció interesante, porque nunca había visto tal despliegue de pepiazón de un mae por otro en tiquicia, así en público, y como todos eran turistas extranjeros pues no los veían raro.
• Corazón partío: también se hospedó en el hotel. Lo conocí en la barra del Cocobolo mientras me embriagaba lo suficiente como para que mis ojos fueran fácilmente engañados por la belleza (o falta de la misma) de las huéspedes disponibles del hotel. Me contó acerca de su ex novia, de cómo él había dado el 90% y ella el 10%, y de cómo la ruptura a él le ha dolido el 90% y a ella el 10%... de cómo ella ya tiene novio y él casi un año después no se ha sacado el clavito. La historia continúa, pero en resumen ha sido la persona que más se ha abierto a mí en 15 minutos de conversación y me hizo reflexionar mucho; no se si fue por la ingesta de copiosas cantidades de grupos etílicos o su verdadero contacto consigo mismo, pero este tipo era una joya sentimental. Luego empezó a hablar del telecé y me fui.

Probablemente alguien concuerde conmigo que la figura del Recolector es necesaria, indistintamente de lo que pueda implicar como tendencia sexual. Habrán siempre habilidades que ellos tengan muy desarrolladas sencillamente por ser como son, y en verdad que mostrar solo 3 ejemplos no es suficiente. La profundidad personal de estos individuos y el porqué de su existencia lo dejo abierto a opinión, porque los factores son muchos y muy diversos. La importancia del "lado femenino" es innegable.

La Cazadora
Es una mujer liberada, se mueve entre los hombres como agua para chocolate. Eran mujeres que no esperaban a que Patacón las sacara a bailar, ellas mismas tomaban el toro por los cuernos. No todas pretenden "encajar" ni pretenden que con dos colitas y una blusa rosada van a encontrar un príncipe azul. Aquí algunos ejemplos:

• Peloticas: integrante del grupo de Las Chimbombinas, se distingue por el exuberante despliegue de redondez de diferentes partes de su cuerpo; toda una sabrosura de mujer. La noche del sábado buscó que se la pincharan a más no poder, pero otra chimbombina le mató el lance. Yo observé silenciosamente cómo se peleaban al valiente, y de paso apuntaba algunas de sus técnicas en mi libreta para luego darles recomendaciones de qué NO hacer si lo que buscás es sexo. Porque no importa quién seas, si sos mujer y querés sexo casual hay que saber muy bien lo que se hace. Pero bueno, la actitud es lo que cuenta Peloticas, te deseo mejor suerte para la próxima cacería.
• Florecita Rockera: Andaba vestida como me imagino a Cherry, toda de negro todo el tiempo y con un culote hermoso (Cherry sabe que es sin intensión de ofender :). Gracias al cielo no andaba con botas en la playa, ahí sí me hubiera enojado para decirle "Put-a-ttention!". Después de observarla logré entender lo que buscaba: enseñarse a sí misma. Tipos iban, tipos venían, y con todos habló. Les hacía cara de interesada, le pasaba la mano por el pecho y luego se iba para otro lado, hasta que llegaba el siguiente y le hacía lo mismo. Al principio no supe si andaba buscando al "elegido" o si solamente quería manosear pechos masculinos, pero después de verla disimuladamente por mucho tiempo me convencí que su único afán era picar a los hombres un poquito, exhibirles lo que no iban a tener, y luego irse a dormir solita pensando en sus diabluras. Lo se porque en mi pleno estado de embriaguez me le acerqué y le pregunté, y ella me respondió con lo que ya ustedes saben. Le dí la mano, la felicité y me fui.
• Pipasita: su apodo nace en el efecto que tuvieron todas las hormonas que traía el pollo que comió mañana tarde y noche durante décadas hasta sacar el trasero que llevaba. En algún momento, cerca de la piscina, resbalo y cayo, por dicha tenía dónde caer. Venía acompañada de un individuo que mostraba campante una sonrisa de oreja a oreja todo el tiempo, cabe cuestionarse si era así por su personalidad o por Pipasita y su ofrecimiento. Verla bailar era un espectáculo, y noté que muchos hombres parecían tontos mientras la veían hacer el toque de la mezcladora de pintura. La pongo entre las cazadoras por la sencilla razón de que sabía lo que hacía, no era nada tonta y lo que podía hacer con las columnas de la disco parecía aprendido en bar de strippers. Creo que su novio tenía esa sonrisa todo el tiempo porque estaba en Nirvana.

Hay que ver el estereotipo que se forma de todo esto. Una amiga me decía que este tipo de mujeres (las Cazadoras) son vistas como zorras, y los Recolectores sencillamente son homosexuales. A mi en lo personal no me importa esto de las etiquetas, así que no opinaré, pero de ser así les digo una cosa: en un mundo perfecto todas las mujeres serían zorras y todos los hombres homosexuales (espero haberme dado a entender apropiadamente, y si no lo hice, me refiero a que las mujeres no deberían temerle a ser aventureras ni los hombres temerle a estar en contacto con sus sentimientos y contradicciones); después de todo, la vida es muy corta como para cuestionársela tanto.

¿Será que estos recolectores y estas cazadoras son más libres que los demás?

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Bonus!
Recuerdos de otras épocas, vividas en un útero.

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